Hoy toca hablar de Hamelín, ciudad del conocido cuento del Flautista de Hamelín (Der Rattenfänger von Hamln). Según cuenta la historia, en 1284, Hamelín estaba infestada de ratas. Un buen día apareció en la ciudad un hombre que les prometió librarse de ellas a cambio de una recompensa, los aldeanos aceptaron y el hombre guió a las ratas mediante el son de su flauta hacia el río Weser dónde las ratas se ahogaron.
Cuándo el flautista volvió a Hamelín para obtener su recompensa se encontró con que los aldeanos no quisieron pagarle, así que se marchó.
El 26 de Junio, día de las festividades de San Juan y San Pablo, el flautista volvió a Hamelín y, de nuevo tocando la melodía con la qué un día logró atraer a las ratas, esta vez atrajo a los niños del pueblo, los cuáles desaparecieron detrás de él camino a una cueva de dónde nunca jamás volverían. En otras versiones del cuento se dice que finalmente el flautista vuelve con los niños al pueblo tras pagarle los aldeanos su deuda.
Tras esta introducción, por si alguien no conocía su historia, os hablamos de este precioso lugar dónde os recomendamos totalmente que lo visitéis si tenéis la ocasión.
Hamelín es un pueblecito pintoresco en el que dá la impresión de estar realmente dentro de un cuento. Nosotros visitamos Hamelín un mes antes de las fiestas Navideñas, pero ya estaba decorado y realmente bonito. Otra recomendación que os hacemos es que intentéis ir antes de las 16:00 Horas ya que en Alemania anochece temprano en esa época y si está todo oscuro no lo disfrutáis igual.

Estas son dos fotos del puente que hay en Hamelín dónde se puede ver claramente una "graciosa" rata de color dorado en memoria de lo sucedido.
Aquí tenéis dos fotos: La primera es de la Iglesia y la "Casa de Bodas", cómo se puede
ver, con varias campanitas en su fachada. Están situadas en la plaza del pueblo y alrededor tenéis varios establecimientos entre los que podéis comprar algun "Souvenir".
La otra foto muestra la calle más grande de Hamelín, la principal, dónde encontramos varias tiendas y establecimientos. A lo largo del camino nos encontramos con la Fuente del Flautista, unas simpáticas ratas "gigantes" muy coloridas, vemos en el suelo unas placas doradas que nos muestran el supuesto camino que siguieron los niños y el flautista la última vez que fueron vistos en el pueblo...
Es una lástima que se nos hiciera de noche, ya que cómo podéis comprobar, las fotos ya no salen tan bien... ¡pero lo que importa es el recuerdo! :)
Lo último que visitamos, aunque sólo por fuera, fue la casa del Flautista o Rattenfängerhaus, la encontramos siguiendo la calle principal, haciendo esquina con Bungelosenstrasse ("Calle sin tambores"), supuesta calle por dónde desaparecieron y fueron vistos por última vez los niños del pueblo. Se suele tener la costumbre de, en memoria del dolor de los habitantes de Hamelín, cruzar por esa calle sin hacer ruido o con el mínimo ruido posible.
Sin duda recomendamos esta visita totalmente, ¡seguro que os encanta!







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